Wednesday 14 de March de 2012, 18:55:33
Modestos
Tipo de Entrada: CUADERNO | 2 Comentarios | 2722 visitas

  

Taga

 

En mi última galería, de hace dos semanas y pico, os hablaba de la circular que hicimos por el entorno de Pimorent, en el Capcir, hasta un pico casi desconocido de 2.682 metros, casi anónimo, el pic o cresta dels Llosers (al final tenéis el enlace). Un pico modesto y una actividad modesta, pero relajada, solitaria y que discurre por lugares hermosos, como el para mí desconocido valluco del Cortal Rossó. Por circunstancias varias y muy serias que ahora no vienen al caso, no disponíamos de todo el fin de semana, ni tampoco tenía yo el cuerpo y el espíritu predispuestos para una actividad exigente, la verdad, aunque me resultaba muy importante poder hacer algo de alta montaña y oxigenarme, a ser posible en un lugar próximo, nuevo y tranquilo, incluso vacío… Y esta actividad en una montaña modesta y por una ruta modesta me vino como anillo al dedo. Y además dio para unos 11 kilómetros totales, un desnivel ascendente de unos 800 metros y algo más de cinco horas de actividad, paradas aparte.

 

 

Roca Colom

 

Pues sí, quizás “modesto” sea un calificativo adecuado para esta actividad y para este pico… De un tiempo a esta parte voy frecuentando montañas “modestas” y rutas y vías “modestas”, picos “modestos” porque no pertenecen a la pléyade de tresmiles, y menos aún a la de los grandes tresmiles, y ni siquiera al numeroso ejército de los 2.900 y 2.800. Hace un tiempo no me conformaba con menos, y fueron esos los momentos en los que acabé recorriendo la cordillera en sus principales macizos y cimas; no es que no siga haciéndolo, pero lo hago menos y rehuyendo cualquier complicación técnica. Umm, he dicho “conformarse con menos”, ¿no? Seguramente soy muy injusto con esta expresión, da a entender que estas otras montañas merecen menos amor y atención.

 

 

Ensija

 

Hace años mis colegas y yo nos lanzábamos al monte con los pertrechos de pernocta, bien cargados y en pleno invierno; esto permitía conseguir objetivos enjundiosos. Ahora lo hacemos poco, raramente, y generalmente en torno al verano; muchas de las actividades con nieve o dependen de un refugio, o de una pernocta en el coche o con poca aproximación, o son directamente de una sola jornada… Supongo que es un poco de todo, que influyen factores diversos, como una cierta menor resistencia mental al esfuerzo, o más precisamente a sufrir demasiado… una menor resistencia a la tensión que generan rutas algo más comprometidas (para nuestro escaso nivel técnico)… problemas infraestructurales, como mis pies o nuestras espaldas, poco a poco cada vez más tocadas… una cierta mayor responsabilidad, tal vez mal entendida, por no colocarse deliberadamente en situaciones que comporten peligro o puedan llevarnos cerca de nuestros límites mentales y físicos… tal vez un deseo de priorizar el placer que proporciona la actividad por encima de cualquier otra consideración… Sea como sea, elementos todos ellos con una incidencia inmediata y directa en la prestancia de los objetivos conseguidos, seguramente cada vez más modestos… Jajaja, quizás excusas de mal pagador, que se dice…

 

 

 Pic de la Mina

 

Bien, supongo que esta dinámica se va retroalimentando, porque si cada vez me exijo menos física, técnica y mentalmente en el monte, cada vez tendré menos capacidad para hacer un “extra”. De manera que parezco ir limitando cada vez más el alcance de mis actividades montañeras, un poco casi sin saber si es lo que deseo realmente… La conclusión lógica del círculo vicioso que os planteo es que podría acabar haciendo “alta montaña” vete a saber dónde y de qué manera, es decir, que corro el riesgo de dejar de hacer alta montaña un poco de verdad, al menos como la que he practicado hasta ahora. Jajaja, ¿es lo que deseo realmente?.... Ya estamos otra vez con el juego de la voluntad, de los deseos, de las intenciones, de los miedos, de los cálculos posibilistas y a veces de la racanería, por qué no decirlo… Tal vez la cuestión sería qué deseo realmente, y, una vez determinado, qué precio estaría dispuesto a pagar por conseguirlo. En cualquier caso, es un hecho que parezco ir rebajando mis expectativas montañeras, por lo que sea pero es así, y sigo sin saber del todo si es algo natural (que uno ya tiene casi cincuenta años) o es un proceso inducido por factores diversos, algunos seguramente perniciosos y tóxicos que debería combatir. Y digo tóxicos porque, cuando consigo distanciarme suficientemente de ellos, comprendo en mi alma que aún quiero y necesito seguir haciendo montaña un poco de verdad, y que incluso tengo algunas cuentas pendientes...

 

 

 Puigllançada

 

De todas maneras, y sea cual sea el proceso que me está llevando hasta aquí, es muy importante para mí no perder de vista que últimamente estoy descubriendo nuevos terrenos de juego, algunos además bastante cercanos, y encima terrenos solitarios y hermosos. Sí, supongo que son los dominios de los “modestos”, ¿un “hinterland” dejado de la mano de Dios?, ¿territorios en los que los “auténticos” alpinistas tal vez reparen poco? (me consta de alpinistas potentes que también se conocen estos lugares, que también “huyen” a ellos buscando tranquilidad, me consta...). En fin, ¿por qué “modestos”? ¿No son lugares también espléndidos? Y además, ¿por qué los relaciono de una forma u otra con la supuesta actividad de los “auténticos” alpinistas, como si eso fuera un motivo de menosprecio? Si, total, nunca fui un auténtico alpinista, ni tampoco lo pretendí. No sé de qué me sorprendo... Ni siquiera he sido nunca un auténtico deportista, y si no hubiera adquirido en su momento la querencia por la montaña tendría seguramente a mi edad un sobrepeso de caballo, un colesterol de elefante y una tensión arterial por las nubes, y con lo que fumo y bebo sería incapaz de andar más de diez minutos sin resoplar como un fuelle roto... Siempre fui un montañero “modesto”, es así, y sigo siéndolo... ¿De qué me sorprendo?

 

 

 Torreneules y Balandrau

 

Umm, vaya, estoy juzgando, estoy juzgando mis objetivos, los de los demás, y además me estoy juzgando a mí mismo. No debo hacerlo, mi función es observar, no juzgar... Y obrar en consecuencia. Tal vez esa consecuencia natural sea que un montañero modesto frecuente picos modestos. Y también debería serlo el pensar que el término “modesto” no es más que eso, una etiqueta que nos ofrece el lenguaje, tan tramposo, para intentar aprehender la realidad... muchas veces con resultados insatisfactorios. Por ejemplo, algunas acepciones de un diccionario “on line”: ”que no hace ostentación de sus cualidades; que es sencillo, sin extravagancias; que es humilde, pobre; que muestra decencia en su modo de ser; que es medianamente bueno...” O la definición oficial de la Real Academia Española (RAE): “que tiene modestia”. Y “modestia”, con una triple acepción: ”uno, virtud que modera, templa y regla las acciones externas, conteniendo al hombre en los límites de su estado, según lo conveniente a él; dos, cualidad de humilde, falta de engreimiento o de vanidad; y tres, pobreza, escasez de medios, recursos, bienes, etc…” Pues muy bien... Por cierto, más que interesante la primera acepción de “modestia” de la RAE, para reflexionar largo y tendido… Moderar y templar las acciones externas del hombre, haciendo que se ajusten de manera conveniente a los límites de su estado... ¿Su estado, qué estado, hay un estado determinado que no conviene traspasar? ¿Es eso rendición, conformismo o autolimitación? Umm, no sé, no sé... ¿Se ajusta a mi naturaleza más profunda...? Buf, menuda preguntita...

 

 

Desde la Tossa Rodona

 

Imagino que, a falta de conclusiones definitivas, sólo me queda ahora mismo un criterio al que agarrarme: ir a la montaña porque me apetece, cuándo y dónde pueda y a hacer lo que me apetezca y lo que me pida el cuerpo, sin urgencias ni condiciones ni sufrimientos. Bien, ya hablé una vez de algo parecido en este blog, y también dije entonces, creo recordar, que la generalización de esta mentalidad llegaría a matar la idea de “progresión” en la práctica de la montaña y del alpinismo. En fin, soy “modesto”, supongo que nunca pretendí lo contrario; no soy el salvador de nada ni pretendo revolucionar nada, seguramente ni siquiera pretendo “progresar” cualitativamente en mi práctica montañera, me conformo con seguir haciéndola... Quizás sea ahora cuando esté empezando a sintonizar mi práctica de la montaña con mi auténtica forma de ser... O no... Porque, repito, aún tengo ciertas cuentas pendientes…

 

 

Ummm... cuentas pendientes.... ¿Un seismil pelado, precioso y con una vía normal creo que razonable, como el Huayna Potosí...?



lbums de Fotos relacionados:

2 Comentarios
Enviado por Balandrau el Wednesday 14 de March de 2012

Hola Gerardo.
Enviado por Fern el Thursday 15 de March de 2012

Interesante reflexión que como me ha ocurrido en otras ocasiones con tus textos podría suscribir palabra por palabra.


Aadir nuevo comentario
Usuario de Madteam.net No usuario




Vista Previa



 

 
MadTeam.net | Suscribirte a este blog | Creative Commons License Blog bajo licencia de Creative Commons. | compartir este enlace en Facebook