Todo, ¿por qué no?
Hambre de todo, que es como de nada
porque es un todo que fluye y no puede tenerse...
Hambre de un panorama que incluya todo lo abarcable,
de Puigmal a Vignemale sin moverse del sitio,
teletransportador sin desmembrar moléculas.
Qué sencilla es la totalidad en la montaña…
Hambre de todas las querencias añoradas,
a veces contradictorias y escindidas, pero ciertas.
Hambre de vivir tal cual, como las hayas
que construyen su perfecto mundo entrelazado.
Hambre de nada,
y es que la libertad es eso.
La clave está aquí dentro,
pero la busco todavía...